viernes, 27 de febrero de 2015

el misterioso influjo de la barquillera

Prudencio Pérez quería ser escritor de
mayor. Tenía mucha imaginación y se
pasaba las horas jugando con las palabras
e imaginando futuras historias. Pero
el tiempo pasó muy rápido y, sin darse
cuenta, se convirtió en una persona adulta
sin haber escrito ni una sola línea.
Durante muchos años trabajó en una oficina
como contable de tercera , aunque
siempre soñaba con cambiar de vida algún
día y poder escribir cuentos para niños.
El esperado cambio llegó la mañana en
la que a Prudencio le ascendieron a contable
de primera. Éste en vez de alegrarse
por el aumento de sueldo, tomó la primera
decisión de su vida y anunció a su
jefe que dejaba el trabajo en aquel mismo
instante. Sus compañeros creyeron
que se había vuelto loco.
Los primeros días de libertad los dedicó
a disfrutar de su vida, a pasear por la
ciudad y a visitar tiendas de antigüedades.
Precisamente en una de ellas fue
donde Prudencio sintió una fuerte atracción
por una vieja y oxidada barquillera
–un artilugio donde los antiguos vendedores
ambulantes colocaban sus ricos
barquillos–. La compró y salió de la tienda
sin saber muy bien qué hacer con ella.
Como es bien sabido, el tiempo pasa deprisa
y el dinero se gasta, así que Prudencio,
mientras se preparaba para escribir
cuentos, decidió montar un negocio de
barquillos. A partir de entonces, decidió
no ser Prudencio Pérez nunca más, cambió
de nombre y se llamó señor Huvez.
Ahora acude cada mañana al parque con
su barquillera llena de barquillos. Los ni-
ños, al verle, le compran un barquillo y
le piden que les cuente un cuento o dos o
tres. El señor Huvez les deja elegir dos
tarjetas entre dos montones: en el primer
El misterioso influjo
de la barquillera
Fernando Alonso
Ilustraciones de Emilio Urberuaga
1ARGUMENTO
EL MISTERIOSO INFLUJO DE LA BARQUILLERAmontón están los dibujos y, en el otro,
una palabra, una frase o unos resúmenes
de cuentos. Entonces, Huvez los junta y
se inventa un cuento. Su voz se confunde
con el sonido que hace la barquillera al
girar.
El barquillero cree que sólo puede contar
cuentos bajo el influjo de la barquillera,
porque cuando ésta empieza a girar el
sonido que produce sus varillas se confunden
con la voz del señor Huvez.
Poco a poco, el barquillero coge soltura
explicando cuentos y cada vez son más
consistentes. Finalmente cree estar preparado
para escapar del influjo de la má-
quina y empieza a escribir sus propias
historias.
2
AUTOR E
ILUSTRADOR
Fernando Alonso nació en Burgos, en
1941, y es doctor en Filología Románica.
Ha trabajado en diversos medios de comunicación
y uno de sus programas infantiles
radiofónicos ha sido doblemente galardonado.
Cabe destacar su colaboración en
televisión en programas infantiles, como
guionista, programador, director de programas...

Dentro de su dedicación a la literatura
infanil y juvenil ha escrito y dirigido una
serie de programas audiovisuales, ha
sido asesor literario de editoriales, miembro
de diversos jurados literarios, ha
participado en simposios, congresos,
conferencias, etc. Algunas de sus obras
han sido galardonadas con varios premios
nacionales e internacionales. En
esta misma colección ha publicado Las
raíces del mar.
Emilio Uberuaga nació en Madrid. Antes
de dedicarse a la ilustración de libros, trabajó
como vendedor de cuadros, como
repartidor, y en un banco... hasta que
consiguió trabajar como estampador y
luego como grabador.
Ha ilustrado libros que se han publicado
en Suiza, Alemania, Australia, Austria,

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